Respiración, estiramientos, antiestrés: por qué practicar yoga es bueno para el embarazo

¿Quién dijo que el deporte no es compatible con el barrigudo? Hay actividades físicas que encajan bien con el embarazo y que, a menos que se trate de un embarazo de alto riesgo, pueden favorecer el bienestar de la madre y del bebé. Por supuesto, no hablamos de deportes extremos ni de prácticas que puedan poner en peligro la salud de la mujer embarazada y del bebé, sino de actividades «suaves» que favorecen la «salud» de los músculos.

¿Cuáles son estos deportes? Aunque se trata de disciplinas que no implican un esfuerzo físico particular, conviene que, antes de empezar a practicar cualquier deporte, consultes a tu ginecólogo para que tenga el cuadro clínico completo de tu embarazo. He aquí, pues, las actividades recomendadas para las mamás con barriguita: yoga, natación libre, aeróbic acuático, pilates, marcha, estiramientos y ejercicios de cuerpo libre. Se trata de deportes poco intensos que ayudan a las madres a mantenerse en forma y afrontar mejor el embarazo.

Dicho esto y con esta visión de conjunto, nos gustaría centrarnos en particular en el yoga, que algunos consideran la panacea para las futuras madres. Este tipo de actividad permite estirar suavemente los músculos y, al mismo tiempo, permite a la madre tomar conciencia de la evolución de su cuerpo y sacarle la energía adecuada. Mientras tanto, veamos en qué consiste. Si tuviéramos que describir una clase de yoga, la dividiríamos en cuatro etapas: empezamos con la respiración, concentrándonos en la inspiración y la espiración lenta y profunda por la nariz; continuamos con estiramientos suaves; después, nos invitan a adoptar diversas posturas que estimulan la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio; y, por último, llegamos a la relajación de los músculos junto con el control del ritmo respiratorio.

Hay varios estudios que demuestran los efectos benéficos del yoga para una mujer embarazada.  Mejorando la respiración y liberando la tensión muscular, esta práctica favorece la oxigenación de la sangre. Las posturas de estiramiento muscular alivian y mejoran la postura, lo que beneficia a la espalda. Especialmente a medida que avanza el embarazo, cuando con el creciente barrigudo el peso se inclina hacia delante y el arqueamiento y la fatiga de los músculos lumbares pueden provocar dolor, el yoga puede ayudar a prevenir los desequilibrios musculares y aliviar las molestias. Los beneficios no son sólo físicos, sino también mentales: esta práctica también mejora la serenidad, un aspecto que no hay que subestimar sobre todo en el primer trimestre de embarazo, cuando las hormonas están alborotadas.

Sin embargo, se debe practicar con cuidado. Deben evitarse los saltos o las posturas extremas de desequilibrio que podrían crear problemas al embrión que aún no se ha establecido. Calmando el cuerpo y la mente, el yoga reduce la ansiedad y el estrés. El ejercicio regular también mejora la circulación sanguínea y el sistema linfático. Esto reduce la hinchazón y la pesadez en las piernas. Hay otro beneficio que no se debe subestimar: se aprende a respirar. Con el yoga nos centramos sobre todo en la respiración torácica, que es útil para aliviar el dolor del parto y asegurar un suministro regular y constante de oxígeno al bebé. Esta práctica es también una buena preparación para el parto, ya que algunas posturas ayudan al feto a encontrar la posición adecuada para nacer.

Esta visión general no es suficiente para garantizar un ejercicio seguro. He aquí, entonces, una serie de consejos básicos. Antes de empezar a practicar yoga, y cualquier actividad deportiva en general, consulta a tu médico. Como «programa de entrenamiento», proponte un objetivo factible, por ejemplo 30 minutos varias veces a la semana. Practica el yoga en una sala bien ventilada, bebiendo abundantemente y manteniéndote hidratada durante la sesión, evitando ciertas posturas como tumbarse boca abajo o boca arriba y, por último, no vayas nunca demasiado lejos. Sea cual sea el deporte que decidas practicar durante el embarazo, hazlo con moderación.

(Monica Di Lecce)

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