Curva de glucosa durante el embarazo: cuándo hacerla y qué precauciones alimentarias tiene que tomar la futura madre

Curva de glucosa durante el embarazo. ¿Para qué sirve? ¿Cuándo hacerla? ¿Por qué? Y, sobre todo, ¿cuáles son los riesgos y complicaciones que se pueden prevenir con esta prueba?

GCT son las siglas de Glucose Challenge Test, una prueba indicada para el cribado de la diabetes gestacional, también conocida como «curva de glucemia en el embarazo».

Lo que traducido significa simplemente una prueba que se realiza para detectar a las mujeres que presentan síntomas y valores característicos de la diabetes gestacional y para minimizar los riesgos maternos y feto-neonatales debidos a un exceso de glucosa en la sangre.

Durante el embarazo, como sabemos, se realizan varias pruebas específicas. Algunas de ellas son obligatorias o siempre necesarias, mientras que otras son muy recomendables.

Una de ellas es el cribado prenatal para conocer el propio grupo sanguíneo y prevenir los problemas y complicaciones que pueden surgir en caso de conflicto Rh (madre Rh negativa y padre Rh positivo), como la enfermedad hemolítica del recién nacido (hiperbilirrubinemia grave e ictericia, kernícterus y anemia grave).

La inmunoprofilaxis anti-Rh(D) consiste en la administración a la futura madre, en la semana 28 de embarazo, de un medicamento que impide que el organismo produzca anticuerpos (inmunoglobulina Rh0 (D)) contra el factor Rh y, por tanto, previene los problemas debidos a la incompatibilidad Rh.

Entre las otras pruebas recomendadas para evaluar la posible presencia de diabetes gestacional está la curva glucémica (también conocida como «examen de tolerancia oral a la glucosa» o PTGO), una prueba muy sencilla que se realiza sin consecuencias para la madre y el bebé.

Así, esta prueba clínica permite detectar la presencia de alteraciones en el metabolismo de los hidratos de carbono durante la gestación.

La curva de glucosa durante el embarazo consiste en medir la concentración de azúcar en la sangre antes y después de la administración oral de una determinada cantidad de solución estándar glucosada. La prueba se realiza siempre por la mañana y a través de tres muestras: en ayunas, después de una hora y dos horas tras haber tomado una solución compuesta por agua y 75 gramos de glucosa pura. Esta solución -en forma de bebida- puede en algunos casos molestar a la mujer; el dulzor, por ejemplo, puede favorecer la aparición de sensaciones como náuseas, gastritis y vómitos. En este último caso, la prueba debería repetirse otro día, ya que los valores dejarían de ser fiables.

La prueba se prescribe a todas las futuras madres entre las semanas 24 y 28 de gestación si están presentes al menos uno de los siguientes factores de riesgo:

  • Familiaridad con la diabetes en familiares de primer grado;
  • Macrosomía fetal (peso del bebé > 4,5 kg) en embarazos anteriores;
  • Sobrepeso/Obesidad (IMC ≥25 kg/m2);
  • Edad mayor o igual a 35 años;
  • Etnias de alto riesgo (sur de Asia, Oriente Medio, Caribe).

Pero, ¿para qué sirve la curva de glucosa durante el embarazo?

El embarazo conlleva numerosos cambios en el organismo femenino debidos principalmente a las variaciones hormonales típicas de este periodo. Algunas de ellas afectan también al sistema endocrino. En particular, en el segundo trimestre, se produce una disminución de la respuesta insulínica, lo que se traduce en un aumento de la glucosa circulante en el organismo.

Gracias al test de glucemia, es posible identificar a las mujeres que presentan síntomas y valores característicos de la diabetes gestacional, para poder mantener la glucemia bajo control e iniciar un posible tratamiento y, sobre todo, para minimizar los riesgos maternos y feto-neonatales debidos a un aumento excesivo de la glucosa en la sangre.

Es muy importante informar a la futura madre y tranquilizarla diciéndole que, en la mayoría de los casos, la diabetes gestacional se maneja con medidas alimentarias y con el estilo de vida.

Una dieta adecuada debería incluir alimentos ricos en calcio, hierro y ácido fólico. La mujer con diabetes gestacional tiene que adoptar una dieta baja en grasas y rica en fibra. Los hidratos de carbono como los cereales, la fruta, la pasta y el arroz deben consumirse con moderación.

He aquí algunos consejos útiles:

  • Comer a horarios regulares, no saltarse nunca las comidas y evitar los excesos durante el fin de semana.
  • Los tentempiés son muy importantes, sobre todo por la noche, para evitar largos periodos de ayuno.
  • Elijir cereales integrales y sus derivados, preferiblemente en preparaciones poco procesadas.
  • Limitar el uso de sal, los alimentos ya contienen sodio.
  • Limitar el uso de grasas animales como la mantequilla, la manteca de cerdo y la nata, y preferir en cambio el aceite de oliva virgen extra.
  • La fruta puede consumirse fresca, cocida o batida sin añadir azúcar.
  • No consumir más de 500 g en un día, ya que es dulce y rica en azúcar (fructosa).
  • Evitar los zumos de fruta, el sirope de maíz, el sirope de arce, los frutos secos, la fruta enlatada, la fruta confitada, las mermeladas, las castañas, los plátanos, las uvas, los caquis, los higos.
  • Limitar el consumo de café a un máximo de 2 al día: la cafeína no sólo está contenida en el café, sino también en el té, en el chocolate y en las bebidas de cola.
  • Evitar los dulces, postres, pasteles, caramelos, chocolate, tentempiés, etc., que en poco volumen aportan muchas calorías, contribuyendo a un aumento de peso excesivo y rápido y a la alteración de los niveles de azúcar en la sangre.

Hay que señalar, sin embargo, que si la diabetes del embarazo no se mantiene bajo control con precauciones, aumenta el riesgo de complicaciones maternas y fetales como: preeclampsia y distocia de hombros (dificultad para la salida de los hombros durante el parto), infecciones urinarias y vulvovaginales, malformaciones fetales, gestosis, parto prematuro, aborto espontáneo y exceso de líquido amniótico.

La preparación para la curva de glucosa durante el embarazo comienza el día anterior a la prueba, ya que la última comida ingerida tiene que ser equilibrada (hay que evitar los excesos, pero también las restricciones). El día de la prueba, hay que ayunar durante al menos 8-10 horas y, una vez finalizada la prueba, la futura madre puede volver a comer como siempre, sin perjuicio de las instrucciones y prescripciones médicas precisas.

Hay que subrayar que los valores de la curva de glucosa para las mujeres embarazadas son diferentes de los de otras mujeres pero, independientemente de éstos, el informe, las indicaciones y las precauciones serán valoradas y recomendadas por el ginecólogo que siga el embarazo de la futura madre.

De Francesca Franceschi

Related Posts